Un recuerdo con Isabelita
Hace un año, murió Isabel Dada. Hoy les quiero compartir un recuerdo
sobre ella.
Yo era aún estudiante de Periodismo cuando comencé en el área de
producción de radio Clásica. Un día me tocaba cubrir el estreno de una pieza
teatral en la desaparecida Fundación María Escalón de Nuñez, un monólogo del
famoso Nobel Darío Fo, que ella protagonizaba. Mi idea era entrevistarla antes
del espectáculo, para lograr mayor profundidad, pero ella no quiso atenderme
sino hasta el final del espectáculo. En efecto, tras bambalinas, con toda
la euforia de dejar atrás a un público que la ovacionó, hablamos esa noche y me
fascinó. Fue una de las mejores entrevistas que recuerdo.
Ella era hermosa, como Liz Taylor, sin exagerar, y simpática a más no
poder, y esa noche me había hecho llorar y reír en el mismo espectáculo.
Años más tarde, abrió un programa de poesía en la radio y la veía
semanalmente en el estudio de grabación, adonde se entronaba cual realeza y yo,
que siempre andaba corriendo, nunca osé quitarle su espacio de grabación
porque, ante todo, ella era una diva, una gran artista y siempre gozó de mi
admiración o, corrijo, devoción.
Sé que descansa en paz y le agradezco por la luz que
compartió.
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